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autoplacer

Autoplacer

5 puertas que abrirán tu vida íntima a la sexualidad consciente

Un aviso amoroso y claro

Sabemos que la sexualidad es tan diversa como los cuerpos que la habitan. Este texto usa un lenguaje práctico para facilitar la lectura, pero está pensado para todas las identidades, orientaciones y formas de relacionarse. Tu intimidad merece respeto, cuidado y libertad —y eso incluye cómo te hablamos.

Preámbulo necesario: tocarse es existir

La vida nos toca de mil formas. A veces a través del amor, otras desde el dolor, y casi siempre desde ese vaivén cotidiano que nos recuerda que estamos vivas. Sentir no es un lujo. Es una función biológica tan esencial como respirar.

Hay contacto que nos cura. Los besos y los abrazos liberan oxitocina, calman, relajan, nos regresan al cuerpo. La ausencia de contacto hace lo contrario: nos marchita. Tocarnos es medicina. Negarnos ese gesto puede llevarnos a ansiedad, depresión o a un simple pero profundo vacío.

El autoplacer, entonces, no es un “plan B”. Es un acto íntimo de pertenencia, de regreso a ti.

1. Autoplacer no es solo masturbación: es relación contigo

La palabra “masturbarse” viene cargada de historia y juicios. Se cree que deriva de “turbare”, molestar, profanar con la mano. Por suerte, la realidad es infinitamente más suave.

Autoplacer es un término que abre la puerta a un vínculo más amable, más consciente, más tuyo. No se trata únicamente de liberar tensión, sino de crear una relación erótica contigo misma.

Y sí: también puede ser juguetón, superficial, divertido. Pero tiene el potencial de convertirse en un espacio sagrado si tú lo decides.

2. Todas atravesamos etapas complicadas con nuestro placer

Para much@s, el autoplacer comienza siendo lúdico en la adolescencia, luego se oculta al entrar en una relación, o se vuelve algo rápido y sin alma cuando la vida nos pasa por encima.

En realidad, casi todas tenemos una historia poco resuelta con la autoexploración: culpa, vergüenza, desconexión.

Lo valioso es admitirlo.

Lo transformador es actualizarlo.

3. Crear tu espacio íntimo: tu altar erótico personal

La mayoría prepara ambientes hermosos para compartir con otras personas. Pero pocas lo hacemos para nosotras mismas. Y eso importa.

Checklist para crear tu templo sensual

Elemento

Propósito

Ideas sensuales

Luz

Relajar y enfocar la atención

Velas cálidas, lámparas rojizas

Música

Marcar el ritmo interno

Ambient, downtempo, mantras sensuales

Aromas

Activar memoria y cuerpo

Incienso, aceites esenciales, palo santo

Nido suave

Sensación de pertenencia

Sábanas deliciosas, manta ligera

Estimulación táctil

Despertar la piel

Plumas, telas, tus manos

Ese espacio te sostiene, te calma y te invita a entrar en otra frecuencia: la del placer profundo.

4. Antes que tocarte, necesitas soltar la armadura

Cuando vivimos en estrés, el cuerpo entra en modo supervivencia. Respiración corta, tensión muscular, desconexión emocional. En ese estado, el placer es casi imposible.

No puedes abrir la flor cuando el tallo está rígido.

Tu cuerpo, especialmente si eres mujer, puede guardar memorias: miedos, heridas, agresiones, momentos no resueltos. No es solo psicológico; es fisiológico.

Por eso, el autoplacer empieza mucho antes del toque. Empieza en recuperar seguridad interna.

5. ¿Cómo desbloquear el cuerpo? Rituales para derretir defensas

Ritual básico de desbloqueo

  1. Respira profundo tres veces.
    Lento, suave, profundo. Que tu sistema nervioso entienda que ya no hay peligro.

  2. Siente el peso del cuerpo.
    Cadera, piernas, espalda… permite que algo en ti se rinda.

  3. Acaricia zonas no genitales primero.
    Hombros, brazos, cuello: recordarle al cuerpo que puede confiar.

  4. Mueve la pelvis suavemente.
    Activa energía sin tensión.

  5. Permite que llegue una sonrisa.
    Aunque sea pequeñita. El placer necesita espacio.

6. Mapear tu placer: el cuerpo es un territorio vivo

Hay zonas que hoy te gustan y mañana no. Hay partes que quizá nunca tocaste con intención. El cuerpo cambia. Las emociones cambian. La energía cambia.

Tu mapa erótico no está escrito. Lo escribes tú.

Guía de exploración sensorial

  • Toca primero sin intención de llegar a nada.

  • Observa qué partes quieren contacto y cuáles no.

  • Cambia ritmo, temperatura y presión.

  • Registra las sensaciones que aparecen sin juzgar.

  • Agradece cada descubrimiento, incluso los incómodos.

7. Jugar con tu respiración para ampliar el placer

La respiración lenta expande.
La respiración rápida acelera el clímax.

En este ritual buscas jugar, no llegar al mismo final de siempre.

Prueba:

  • Detenerte cuando el cuerpo quiera correr.

  • Bajar la respiración.

  • Tocar otras zonas.

  • Desviar energía hacia pechos, abdomen, espalda.

Descubrirás orgasmos que parecen suaves pero atraviesan el cuerpo entero.

8. Sanar traumas a través del toque consciente

Si hay partes que duelen o se entumecen, no es un fracaso: es información.

Qué hacer cuando aparece un punto herido

  • Tócalo suave, casi como una caricia hacia una niña interna.

  • Pregúntate: ¿qué necesita esta zona? ¿Calor? ¿Pausa? ¿Presencia?

  • Respira hacia el lugar.

  • No lo fuerces.

  • Regresa otro día si hace falta.

Con constancia, lo rígido se vuelve delicado. Lo doloroso se vuelve sensible. La armadura se derrite.

9. El autoplacer como ritual de expansión energética

Mientras te tocas, deja que la energía no se quede solo abajo. Muévela:

  • por la columna,

  • hacia el corazón,

  • por brazos y piernas,

  • hacia la sonrisa.

Esto convierte el placer en medicina emocional y energética.

10. El tesoro final: una intimidad más libre, suave y hermosa

El autoplacer no es un reemplazo de nada. Es una relación nueva contigo. Da tiempo. Da cariño. Da presencia. Tu cuerpo está diseñado para sentir placer, para recibirlo y expandirlo.

Cuando te tratas con curiosidad, cuidado y amor, algo en ti se reorganiza.

El cuerpo aprende a confiar en ti.
La mente aprende a relajarse.
El corazón aprende a abrirse sin miedo.

Un toque que transforma: Down There como aliado sensual

Entre caricias, respiración y ese mapa nuevo de sensaciones, un aceite íntimo puede convertirse en tu cómplice perfecto.

Down There nació justamente para esto:

  • despertar tu sensualidad,

  • suavizar tensiones,

  • nutrir tu piel,

  • amplificar el movimiento de energía en tu cuerpo,

  • acompañarte en un ritual donde el placer es consciente y libre.

Su mezcla de plantas afrodisíacas y aceites orgánicos calienta suavemente la piel, abre el cuerpo al placer y hace que cada toque se vuelva más vivo, más sensible y más tuyo.

No es solo lubricación.
Es un acompañante erótico y terapéutico para reencontrarte contigo.

Conclusión: haz de tu placer un acto político, espiritual y profundamente sensual

Tocarte no es banal. Tocarte es reclamación, juego, sanación, libertad y un camino amoroso hacia ti.

Explora.
Honra tu cuerpo.
Reescribe tu relación con el placer.

Y si algo de esto te movió, compártelo.
Hagamos comunidad.
Que el placer deje de ser tabú y vuelva a ser lo que siempre debió ser: vida expandiéndose en nosotras.

 

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